martes, 7 de diciembre de 2010

AMANDA por CR

Había cabalgado hasta caer exhausto.
Descansó varias horas debajo de un almendro que había encontrado apartado del camino, pensó que debía tomar fuerzas para llegar a su destino antes del anochecer.
La preocupación que sentía por Amanda no lo dejaba descansar, no había contestado a su última carta, no tenía respuesta de ella, aunque él le había comunicado que volvería en media quincena.
Su corazón palpitaba alegre de pensar que la vería tras varios meses de ausencia, imaginaba cómo estaría ella, sentada junto a la lumbre remendando la ropa vieja con aquella aguja casi oxidada, cantando con aquella voz dulce que casi no recordaba, o haciendo dibujos de humo con alguna rama que utilizaba para atizar la lumbre.
Después de tanto tiempo iba a hablar con ella, abrazarla, tocarla, besarla hasta dejarla sin aliento, como él se sentía en ese mismo momento.
Cabalgó largo rato hasta llegar a la aldea, bajó de su caballo y con cuidado sacudió el polvo de su ropa, se acercó a la fuente y se lavó la cara, su barba había crecido parecía descuidada, intentó peinarla con los dedos, pero su aspecto no mejoraba, se sentía nervioso, emocionado, como un recién enamorado ...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece interesante, la pena es no poder seguir leyendo más de éste relato, me gustaría que siguiese escribiendo la continuación. Gracias

Anónimo dijo...

Interesante...

Anónimo dijo...

me ha dejado intrigada, ¿pero qué pasa después?

Intrigado dijo...

Vale, ¡Grandioso!, pero .... ¿y ...?, ¿...segunda parte...?, ....¿cuando?, por favor.

Publicar un comentario