jueves, 4 de noviembre de 2010

TAL VEZ por Funambulista

... y solo pensar en esos momentos en los que me limitaba a mirarte y escucharte para aprender cada uno de tus gestos. Conocerte era lo que más deseaba, y al hablarme me hacías sentir tan privilegiada que, en ese instante, el tiempo se paraba, y notar tus ojos mirándome con atención, transformaba nuestro alrededor como si todo desapareciera y solos tú y yo, compartíamos…

No hago más que pensar en como soy, si lo hago bien o mal, si mis decisiones son adecuadas o si me gusta camuflarme en la figura adolescente sin esperar, si quiera, a  acertar tras equivocarme varias veces. Es una época, tan llena de cambios para mí. No me resulta fácil responder a todas las preguntas que me planteo. Aparecen repentinamente sentimientos que ni siquiera, en mis en sueños, habría podido imaginar que existían y me sorprendo tan intensamente que nuevas experiencias van perfilando poco a poco mi vida.

Como pueden marcarme tanto el valor de una sonrisa y el calor de los abrazos que hacen sentirme voraz de felicidad. ¿Hasta que punto los recuerdos se convierten en algo más, que llegan a convertir mi día a día en una evocación exagerada del pasado?

Y, ahora, pienso en aquellos sentimientos y sensaciones que me recorrieron y esculpieron durante aquel año en el que te conocí. Escenas imborrables, de todos los momentos, que grabadas infinitamente en mí, aun siguen arrastrando ese año hasta ahora y no me permiten olvidar.

¿Porque aun pasando los años sigo estancada pensando que no habrá momentos mejores e inolvidables como los de aquel año?

Es bonito recrear aquellos maravillosos años, pero cuando me aparece la pequeña duda de si volveré a tenerlos de nuevo, me estanco, y a veces pienso, que si no te hubiera conocido, tal vez, ahora no tendría que vivir del recuerdo.

“Tal vez, si ahora pudiera tenerte en frente y señalar cada letra del abecedario para formar las palabras más bellas que nunca nadie te haya dicho.
Tal vez, si por lo menos pudiera tenerte tan cerca que tu olor se convirtiera en el olor de la primavera.
Tal vez, si al menos sonreír tuviese la recompensa del brillo de tus ojos.
Tal vez, sino me inundaran los recuerdos.
Tal vez o quizá todo cambiaría.”

Y hemos cambiado. Pero sigo mirándote apasionadamente, y al igual que en aquel año, todavía siento que el tiempo es único para nosotros dos.

¿Que seria de la vida si no tuviéramos el valor de intentar conseguir lo que queremos?
Yo, sin duda, seguiré intentándolo.

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